Si hay algo que ha provocado Facebook, como pionera del boom del Social Media, y en general todo el mundo 2.0, es un cambio radical en la forma de hacer publicidad. De los medios de comunicación masivos y unidireccionales se ha pasado a una relación bidireccional e incluso multidireccional entre quien vende el producto y el posible usuario del mismo. El mayor activo de las redes sociales es la información que manejan los millones de personas que día a día navegan por Facebook y el resto de herramientas digitales. Esta realidad es el origen de la ruptura con la publicidad tradicional. Y la evolución es tal que el término segmentación llega a su máximo nivel en la personalización de anuncios con el nombre, profesión o cantante favorito de quien ve el anuncio. Ya es común que cualquiera vea publicidad de tazas personalizadas en Facebook con su nombre o mes de nacimiento, y eso es posible gracias a las herramientas 2.0. Hoy analizamos estas virtudes publicitarias de las redes sociales, las razones por las que funcionan tan bien los anuncios personalizados y cómo esta filosofía se traslada a los artículos publicitarios.
Al comprador le encanta sentirse mimado. En cuanto a compras por Internet, experiencia de usuario y atención personalizada, cuanto más único se le hace sentir y cuanta más exclusiva la experiencia, mayor la satisfacción de compra, la percepción positiva de la marca y por tanto la fidelización y el boca a boca. Las empresas de venta de productos y servicios lo saben, y es por ello que cada vez más ponen en práctica las estrategias de marketing de regalos personalizados para hacer sentir a cada cliente que es único. En esta línea, y junto con el siempre bien recibido merchandising personalizado y muestras de regalo, detalles como una comunicación directa de tú a tú, un comentario respondido en la página de Facebook o el simple hecho de llamar al cliente por su nombre son algunas de las vías para garantizar esa necesaria fidelización. He aquí algunos de los conceptos que explican ese éxito: cercanía, empatía, emoción, sensación de sentirse mimado…
Esos conceptos, que apelan directamente a la parte más emocional del márketing, son los que se aplican en la personalización de anuncios en redes sociales. El caso de las tazas personalizadas en Facebook con el nombre del usuario es muy claro: generan una necesidad y un deseo de compra en base a que llaman al cerebro emocional, a la parte más emotiva del comprador, al mismo tiempo que le ofrecen un producto que rezuma exclusividad y atención muy directa. No es el único ejemplo. Igual que nos saltan a la vista en nuestros timelines anuncios con tazas personalizadas en Facebook con nuestros nombres, también ocurre con otros productos de uso individual como palas de pádel, camisetas o incluso zapatillas. Todo un mundo de posibilidades para el anunciante digital, que encuentra en plataformas como Facebook su aliado ideal para mostrar el anuncio según el nombre de la persona, su ubicación geográfica o incluso los grupos musicales de los que son fans.
En todos ellos el efecto es el esperado: el deseo de compra. Pero el caso de las tazas personalizadas es especial. Tanto si es para uso en el hogar como para tener en la oficina, la taza personalizada es un producto de uso muy personal, que acompaña al usuario en momentos tan placenteros e íntimos como el desayuno de la mañana, cuando aún están en pijama, o con la última infusión de la noche; o que les acompaña en el el break durante una ajetreada jornada de trabajo. De una forma u otra, la tendrá como algo muy suyo y se generará ese sentimiento de objeto especial. ¡Todos tenemos una taza favorita!
Son esas consideraciones las que convierten a la taza publicidad en un elemento esencial en las campañas de marketing de aquellas marcas que quieren llegar tanto a sus empleados como a sus usuarios y consumidores de sus productos y servicios, pues al personalizar taza con marca de la compañía disponen de una potente plataforma publicitaria en varias líneas: la fidelización y sentimiento de sintonía con la marca; la visibilidad del logo gracias al uso común y diario de la taza; y el hecho de conseguir tener un hueco en ese preciado lugar que todas las marcas quieren: el hogar, ese íntimo espacio donde la publicidad puede verse como un intruso. No es así si esa publicidad luce en los armarios de la cocina.
A la vista de estos hechos, no cabe duda del poder de la personalización tanto para llamar la atención del posible comprador, mimándolo y ofreciendo una experiencia exclusiva; como para fidelizarlo a una marca, acompañándolo cada día con las tazas personalizadas. ¡Éxito asegurado!
Comentarios recientes