La taza roja de Nescafé: el triunfo del regalo personalizado en el marketing del siglo XXI

Si preguntamos por la taza personalizada por excelencia, y dejando la internacional mug de Starbucks a un lado, a la cabeza de muchos, sino de todos, se nos irá a la taza Nescafé. Todo un icono en lo que a artículo publicitario se refiere, es el mejor ejemplo de cómo la sencillez en la personalización de regalos corporativos puede ser la mejor vía para alcanzar los objetivos de difusión de marca, acompañada de una buena campaña de marketing con la que fidelizar clientes. En Nescafé han sabido sacarle partido a su #TazaRoja y la han convertido en producto exclusivo solo al alcance de aquellos que realmente son fieles seguidores de la marca, pero igualmente deseado por el público en general. De ella hablamos hoy en este post, porque desde Tazaspublicidad queremos mostrar un ejemplo real de cómo sacarle el máximo partido a los regalos publicitarios de empresa aplicando marketing emocional, haciendo volar la marca y consiguiendo en el público una percepción favorable ante la misma. Con el caso de la taza roja de Nescafé tenemos el máximo exponente de esta tendencia.

Color rojo, una forma particular y el logotipo de la empresa. Con estos tres ingredientes, magistralmente mezclados, Nescafé ha conseguido cocinar un auténtico icono, una pieza única y llena de matices. Conocida por todos, la taza roja de Nescafé es hoy en día protagonista de toda la imagen corporativa de la compañía, marca líder de café a nivel mundial con presencia en 180 países. Y cuando decimos toda, nos referimos a absolutamente toda la imagen corporativa. Con un rápido vistazo a su web, a sus anuncios en diferentes medios y contenidos en redes sociales, fácilmente comprobamos cómo la taza personalizada corporativa es un elemento presente en todas ellas de una forma muy destacada. Incluso han establecido un hashtag propio para perfiles sociales, #TazaRoja, con la intención de reforzar aún más el protagonismo de su elemento más icónico. Y es que le han dado tanto peso y personalidad que se ha integrado con la marca hasta convertirse en una extensión del logo. Taza y logo conforman la marca.

La estrategia de marketing llevada a cabo ha sido brillante. La taza de Nescafé no está a la venta, únicamente se puede conseguir a través del programa de puntos o mediante sorteo en redes sociales, por lo que solo está al alcance de aquellos que consuman la marca de café o se impliquen de alguna manera con ella en redes. El efecto positivo es doble: por un lado incrementan el deseo de conseguir ese objeto tan icónico que no se encuentra por las vías tradicionales de compra; y por el otro el sentimiento de pertenencia, familiaridad y relación con la marca se ve exponencialmente multiplicado.

La fidelización es máxima, la imagen corporativa gana en fuerza y coherencia y las posibilidades de generar historias y nuevas líneas de captación de seguidores aumentan también. El resultado, un símbolo reconocible a simple vista, que evoca la marca y el placer de tomarse un café. Una estrategia de marketing afectivo redonda gracias a la cual no solo se ganan el corazón (y el bolsillo) del público sino que llegan a conseguir que los propios consumidores deseen tener esa taza en sus manos, y es por ello que Google está lleno de llamamientos de usuarios preguntando cómo conseguirla. Una taza personalizada que, recordemos, lleva logo impreso. Es decir: un soporte publicitario que realmente funciona sin que suponga una molestia para los consumidores. No lo rechazan como pueden hacer con los anuncios en medios tradicionales, sino que lo admiten e incluso lo demandan. Todos quieren una taza de Nescafé.

Si hay algo que defendemos siempre desde TazasPublicidad.es es el potencial de la taza personalizada como garantía de éxito para las campañas de marketing del siglo XXI, tanto para grandes empresas como para medianas y pequeñas, porque la relación calidad-precio y la efectividad de sus resultados se adaptan a cualquier tipo de marca y estrategia. El caso que desde nuestro blog quisimos recoger hoy, es un clarísimo ejemplo que nos lleva de la teoría ideal a la realidad plausible. Tazas personalizadas baratas están al alcance de cualquiera tanto por coste como por facilidades en el proceso, y garantizadas están las ventajas de incluir la taza personalizada en la estrategia de marketing de la empresa: un soporte de publicidad no invasiva, que acompaña al usuario en sus tareas cotidianas del día a día y que promueve de forma eficaz la difusión de la marca. Un éxito asegurado.